Los tres productos financieros más complejos

Vivimos en la era de la picaresca, y ha llegado un momento en el que no te puedes fiar ni de tu propio banco. Y es que, la avaricia del dinero siempre ha supuesto un problema.. Los bancos siempre han querido más y no han mirado el DNI de sus clientes. Porque quizás ofrecer un producto complejo a una persona cualificada en temas económicos no es pecado, pero hacerlo con personas sin conocimientos ni estudios, es una verdadera barbaridad.

Afortunadamente en los últimos años esto se ha perseguido mucho. Seguro que todos conocemos a personas que han sido engañadas por las famosas preferentes (y si no las conoces, es que eres tú), con el paso de los años se controla más, pero es cierto que todavía se siguen ofreciendo. Hoy vamos a hacer un repaso por los tres productos financieros más complejos y que todavía siguen presentes en el mercado. Lo hacemos de la mano de Bufete Albanés, que son expertos en reclamaciones de cláusulas abusivas y de toda clase de productos financieros.

Como te hemos comentado, habitualmente, los contratos elaborados por las entidades financieras contienen un lenguaje y unas cláusulas que pueden llegar a ser no del todo comprensibles para el consumidor. Es aquí donde surge el Derecho Bancario . Es el que regula el correcto funcionamiento y el cumplimiento de las buenas prácticas en las relaciones entre las entidades financieras y sus clientes. Así, se entiende que los bancos tienen que cumplir ciertas normas al ofrecer un producto o servicio a clientes particulares, profesionales o empresas. Pero es cierto que no siempre se lleva a cabo.

Ya te hemos dicho, y seguro que lo has comprobado, que muchas veces, los bancos no comercializan de forma justa y transparente sus productos. Y ello puede tener para las entidades importantes consecuencias, sobre todo si se trata de productos especialmente complejos o cuya adquisición ha provocado en el cliente importantes e inesperadas pérdidas económicas.

Participaciones preferentes

Son las más conocidas. Las popularmente conocidas también como las acciones sin voto, se comercializaron en su momento sin la debida transparencia y de forma engañosa. Las posibilidades de reclamar y ganar son, por lo tanto, muy altas. Fueron muchas las familias que quedaron sin un euro por culpa de este complejo producto.

Las participaciones preferentes (PPR) son, según las define la Comisión Nacional de Valores, valores emitidos por una sociedad que no confieren participación en su capital ni derecho de voto. Tienen carácter perpetuo y su rentabilidad, generalmente de carácter variable, no está garantizada.

Se trata de un instrumento complejo y de riesgo elevado que puede generar rentabilidad, pero también pérdidas en el capital invertido. Las PPR tienen una remuneración generalmente fija en un primer periodo y variable durante el resto de vida del producto.

Dicha remuneración está condicionada a la obtención de beneficios distribuibles por parte del emisor o de su grupo y no es acumulable, es decir, si no se percibe en un periodo, el inversor pierde el derecho a recibir. Así que mucho ojo con ellas.

SWAP

Como nos indican desde Bufete Albanés, los tribunales han declarado la nulidad de los contratos SWAP, al considerarlos excesivamente complejos y no cumplir con los requisitos legales mínimos para su comercialización.  Un ‘swap’ es un acuerdo de intercambio financiero en el que una de las partes se compromete a pagar con una cierta periodicidad una serie de flujos monetarios a cambio de recibir otra serie de flujos de la otra parte. Estos flujos responden normalmente a un pago de intereses sobre el nominal del ‘swap’. Este tipo de ‘swaps’ de divisas pueden formalizarse con motivo de un préstamo o de ingresos en divisa que es necesario pasar a moneda local o viceversa. Mucho ojo con ello.

Productos estructurados

En este caso hablamos de productos financieros extremadamente complejos, que encierran un elevado riesgo. Son muchos, por lo que cuando vayas a un banco y te ofrezcan productos de ahorro que no sean plazos fijos, tienes que tener mucho cuidado. Lo mejor es ponerte en manos de profesionales que puedan asesorarte. Algunos de los que te pueden ofrecer son: depósitos estructurados, Bonos o notas estructuradas, Warrants estructurados, Fondos garantizados, Fondos no garantizados o seguros financieros. Además, existen estructuras que se han puesto de moda que se llaman ‘reverse convertible’ y que permiten, a vencimiento, en vez de entregar el efectivo.

Los bancos ya sabemos que no son ONG, y no les va a importar ofrecerte productos complejos. Luego ellos tienen bien resguardadas las espaldas y no les importará meterse en líos judiciales.

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