Las hemorroides, también llamadas almorranas, son unas estructuras fisiológicas, que poseemos todas las personas en la parte final del tubo digestivo y están formadas por arterias, venas y comunicaciones entre ambas. En la actualidad un 10% de la población española está afectada por hemorroides, por lo que es una de las patologías anorrectales con mayor prevalencia.
Esta enfermedad es más frecuente en mujeres porque su aparición es más común durante el embarazo, debido al aumento de la presión intraabdominal. Los expertos explican que afecta silenciosamente a millones de personas en todo el mundo pero decir que sufrimos esas venas inflamadas en la región anal y rectal, o en su lenguaje más coloquial almorranas, produce vergüenza.
Desde Cinfa informan que «los síntomas varían en función del nivel de gravedad de la enfermedad y de la localización. Las internas suelen asociarse picor y a pequeños sangrados asociados a la defecación (manchar ligeramente de rojo el papel higiénico). Las externas generan molestias más o menos leves como picor, inflamación de la piel, ardor, dolor y tienen más tendencia a trombosarse (aparición de coágulos en esos vasos que constituyen la hemorroide) lo que suele causar bastante dolor».
La falta de comprensión sobre estas venas inflamadas también ha llevado a que algunas personas pueden considerarlas simplemente una molestia pasajera, pero para aquellos que las padecen, realmente sienten incomodidad y dolor físico.
¿Por qué aparecen las hemorroides?
Los cirujanos del centro quirúrgico Calero & Manzano, especialistas en el tratamiento de hemorroides y arañas vasculares, nos explican las razones por las que pueden desarrollarse las hemorroides:
–Estreñimiento: el estreñimiento crónico puede aumentar la presión en las venas del área anal, lo que contribuye al desarrollo de esta patología.
–Diarrea crónica: las heces líquidas también pueden aumentar la presión en las venas anales.
–Embarazo y parto: el aumento de la presión abdominal durante el embarazo y el esfuerzo durante el parto, pueden ser provocar la aparición de hemorroides.
–Obesidad: el exceso de peso puede aumentar la presión en las venas del área anal.
–Inactividad: la falta de actividad física puede contribuir al estancamiento de la sangre en las venas, ya que el ejercicio regula mejor la circulación sanguínea.
–Factores genéticos: algunas personas pueden tener una predisposición genética a desarrollar esta enfermedad.
–Envejecimiento: con el envejecimiento, los tejidos en el área anal se debilitan.
–Dieta pobre en fibra: la falta de fibra en la dieta puede contribuir al desarrollo de estas venas inflamadas, ya que las heces son más duras.
¿Cuál es el tratamiento?
Hay veces que se quedan internas y no se perciben, otras que salen al exterior por la dilatación de las venas, o puede darse una combinación de ambas. El tratamiento puede variar desde cremas y baños tibios hasta medicamentos orales. Las hemorroides también se pueden prevenir, con una dieta rica en fibra, por lo que debemos consumir alimentos como frutas, verduras y granos enteros. También es importante mantener el cuerpo bien hidratado para que las heces sean más blandas.
Se recomienda realizar ejercicio físico a diario y tomar suplementos de fibra para regular el intestino y conseguir ablandar las heces. Las hemorroides externas se caracterizan por la presencia de pequeños bultos que pueden causar picazón y dolor, pero son las más susceptibles de tratamiento. El tratamiento generalmente implica el uso de medicina natural, la adopción de medidas higiénicas y productos farmacológicos específicos.
Las hemorroides externas suelen estar generadas por permanecer muchas horas sentado, tensión excesiva durante la defecación, falta de higiene, tomar alimentos muy salados, prolongar el tiempo sentado en el WC o estreñimiento prolongado. Si estamos muchas horas sentados, debemos intentar levantarnos cada cierto tiempo y realizar alguna actividad física. Es esencial no aguantar las ganas de ir al baño y lo mejor es ir sin móvil y no hacer grandes esfuerzos durante la defecación. No es aconsejable pasar demasiado tiempo sentado en el váter pero lo mejor es defecar de forma tranquila y estar relajados cuando nos sentamos en el inodoro.
También es fundamental pedir cita con el especialista en aparato digestivo, ya que el especialista puede optar por algunos tratamientos como las inyecciones esclerosantes, la fotocoagulación con infrarrojos (CIR) o con láser, la electrocoagulación, la criocirugía o la colocación de bandas elásticas. Las hemorroides nunca se relacionan con otras enfermedades, pero es importante que el cirujano realice un diagnóstico correcto. Independientemente de cuál sea el grado de las hemorroides, el tratamiento debe ser individualizado. Debemos saber que en verano aumentan los casos de hemorroides porque el calor actúa como dilatador de las almohadillas de los vasos sanguíneos, y en esta época se suele beber más alcohol y descuidar más la dieta.