Me sorprende ver hasta qué punto la fabricación digital se ha convertido en una herramienta imprescindible, pero sobre todo cómo ha cambiado este sector. Desde 2011 formo parte de un sector que me apasiona, el de formación especializado en arquitectura y diseño, donde además de enseñar, también vivo cada día el reto y la emoción de trabajar en proyectos que nacen en la pantalla de un ordenador y se materializan gracias a la tecnología CNC.
Es cierto que no es fácil de explicar mi trabajo. A veces me preguntan qué significa exactamente “fabricación digital”. Para mí, la definición más sencilla es la de “transformar un diseño digital en un objeto físico de manera directa, sin intermediarios”.
Es cierto que puede ser un elemento arquitectónico, una maqueta, una pieza de mobiliario o un prototipo experimental. Lo apasionante de este proceso es que, independientemente de la complejidad del diseño, las máquinas nos permiten darle forma con una precisión milimétrica. Ese “clic” entre la idea y la realidad es lo que me enamoró de este campo.
En nuestro día a día, trabajo con herramientas como Rhinoceros (Rhino3D) y Grasshopper (sí, esto suena como un equipo de fútbol suizo). Con estas metodologías ya no hablamos únicamente de dibujar formas, sino de generar sistemas que responden a parámetros y reglas. Es un cambio de mentalidad que abre un abanico infinito de posibilidades creativas, y que la verdad ha supuesto un gran cambio para todos.
A mi me gusta eso de el “aprender haciendo”. Por eso, en los talleres y cursos, los alumnos no solo aprenden a usar un software, sino que experimentan con proyectos reales. Es en ese momento cuando todo cobra sentido: cuando el diseño deja de ser una abstracción y se convierte en algo tangible.
Recuerdo, por ejemplo, a un grupo de estudiantes que diseñó un sistema de mobiliario modular. Partieron de una idea digital, ajustaron los parámetros en Grasshopper y finalmente lo cortaron en nuestras máquinas CNC.
El resultado no fue solo un conjunto de piezas ensambladas, sino la experiencia de haber entendido cómo cada decisión digital tenía consecuencias en el objeto físico. Esa experiencia práctica es la esencia de la fabricación digital y desde donde tenemos que partir.
Innovación y talento
Uno de los grandes beneficios de la fabricación digital es que elimina muchos de los obstáculos tradicionales de la producción. Y os lo digo de corazón porque llevo muchos años en esto.
Hay empresas como Control Mad que se han convertido en referentes en este sector y siempre intento copiar de ella. Por ejemplo, ellos recomiendan que antes, hacer una maqueta compleja o una pieza de mobiliario con geometrías sofisticadas podía suponer semanas de trabajo artesanal, con un alto margen de error. Hoy, gracias al control numérico por computador, esos procesos se optimizan, se abaratan y alcanzan un nivel de precisión que sería impensable de otro modo. Por lo que todos estamos tan contento.
Yo tengo la suerte de trabajar en proyectos que van desde pequeños prototipos hasta elementos arquitectónicos a gran escala. Y creo que eso motiva, pensar en grande, pero también en algo más pequeño para no perder las ganas.
La sensación de ver cómo algo que empezó siendo un archivo digital se convierte en una pieza instalada en un espacio real es indescriptible. Es la confirmación de que la tecnología, bien usada, puede ser un puente entre la imaginación y la realidad.
El papel de la formación
Lo que más me motiva de mi trabajo es ver cómo los alumnos, después de pasar por el centro, tienen ya la confianza para enfrentarse a un mercado laboral que es duro, pero que cada vez más demanda este tipo de cosas.
El sector de la arquitectura, el diseño y la ingeniería está en constante transformación, y quienes saben utilizar herramientas de fabricación digital tienen una ventaja competitiva clara. Yo lo de quedarme quieto no puedo, por eso siempre me viene muy bien cómo ha evolucionado este sector en los últimos años y la verdad es que es toda una barbaridad.
Y esa, creo yo, es la razón por la que sigo en este sector desde 2011. Aunque pueda sonar un poco cursi, creo en el poder de la imaginación, en la precisión de la tecnología y en la importancia de compartir el conocimiento. Y yo lo tengo claro, aprendo cada día, de losproyectos y de los propios alumnos. Esto me sirve para seguir mirando al futuro con muchas ganas.
Sin duda, es un sector que ahora mismo está en auge y uno de los que más salidas profesionales tienen. Por eso mi recomendación es clara para que te dediques a ello, yo me encuentro tan feliz.