Si en 2021 hablábamos ya de unos datos muy interesantes sobre cómo el llamado turismo rural había calado en nuestra sociedad, este 2022 vamos a reventar las estadísticas (al menos las que hemos tenido hasta la fecha) y es que son cada vez más las familias que prefieren este tipo de escapadas y viajes, incluyendo el llamado también turismo rural activo, a las que optan por el turismo típico de sol y playa.
El informe de 2021 del Observatorio del Turismo Rural ya nos daba unos datos muy claros: Sabemos que la penetración de turismo rural en España, o el porcentaje de personas que han realizado turismo rural, ha crecido casi 5 puntos porcentuales de un 36% en 2020 a un 40,9% en 2021. Aún no llegamos a las cifras pre-pandemia donde vimos una penetración del 44% de la población española que había practicado turismo rural en el 2019.
El gasto medio en alojamiento rural se situaba entonces en 30€ (persona/noche), según los últimos datos, mientras que en 2020 era de 28€. El 49% de los encuestados este año estaría dispuesto a pagar entre 20 y 29€ por persona/noche; mientras que el 33% sería capaz de asumir un gasto entre 30 y 39€ persona/noche. Finalmente, el 10% de los viajeros encuestados pagarían un precio superior a 40€.
Ahora bien, lo más interesante de todo esto es que, como dice la canción de Paco Clave, “El que lo prueba repite”, y es que la frecuencia ha crecido notoriamente. Tal y como nos cuentan desde el conocido buscador de turismo rural en Aragón y resto de España Ruralzoom, las familias que no habían practicado antes turismo rural y han optado por tener una experiencia este año, han decidido repetir porque se dan cuenta de que les gusta mucho más este tipo de escapada que la tradicional a la que estamos todos acostumbrados de hotel, piscina y poco más.
Obviamente los viajes culturales también tienen su espacio, igual que los cruceros y otros viajes totalmente diferentes a los conocidos como “turismo rural”, pero el que más crecimiento está demostrando, tanto en 2021 como este 2022, es el que hoy nos ocupa.
Si comparamos con los datos de 2020 del Observatorio del Turismo Rural, donde analizamos la frecuencia del año 2019, observamos que el grupo de viajeros heavy users o los que deciden escaparse 3 y o más veces al año era solo de un 33%. Por tanto, entre estos 2 años, donde 2019 era un año pre pandemia, vemos que ha habido un crecimiento de 7 puntos porcentuales entre aquellos que practican más veces al año el turismo rural.
Este crecimiento del turismo rural se observa especialmente en verano. Según los últimos datos del turismo rural en España, el 72% de los viajeros rurales encuestados afirma haber practicado turismo rural entre los meses de junio y septiembre de 2021. Respecto a 2020, este dato ha crecido hasta 16 puntos porcentuales, de 56% hasta el actual 72%. Este aumento de viajeros en verano nos confirma que el turismo rural ya se ha consolidado hoy en día como una de las opciones clave para disfrutar de las principales vacaciones del año como las estivales.
Los mejores destinos rurales
Para gustos los colores, pero como queremos ofreceros algunos de los mejores destinos rurales para que vayáis teniendo ideas para este próximo agosto, os dejamos con la lista de los 10 mejores según El Economista.
- La Alberca, arquitectura popular en Salamanca
En el corazón de la Sierra de Francia, al sur de la provincia de Salamanca, se encuentra uno de los mejores destinos rurales de España: La Alberca, cuyo nombre es de origen árabe y significa depósito de agua. Calles estrechas, balcones, soportales La buena conservación de la arquitectura típica de la región, hace que sea uno de los pueblos más visitados de Salamanca y de Castilla y León. Además del encanto de sus construcciones, La Alberca posee una gran riqueza en tradiciones y costumbres. Una de ellas es la representación de la Loa, que se celebra en agosto, y es Fiesta de Interés Turístico Nacional.
- Alquézar, la joya medieval de Huesca
En Huesca es posible conocer la bonita villa de Alquézar, declarada Conjunto Histórico-Artístico en 1982. Al recorrer sus calles, el turista imagina que está retrocediendo en el tiempo, y es que su casco histórico medieval no deja a nadie indiferente. Incluso quedan algunos tramos de muralla que datan del siglo XI. Por si fuera poco, Alquézar forma parte del Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara, por lo que también es un destino ideal para disfrutar de la naturaleza, del arte rupestre, y por supuesto, de los deportes de aventura.
- Tejeda, el paisaje interior de la isla de Gran Canaria
Tejeda es uno de los mejores destinos rurales de España, no solo por sus paisajes de película y sus casas típicas canarias, sino también por el rico patrimonio arqueológico y geológico que posee. Ubicada en el centro de la isla, Tejeda se encuentra a unos 1.000 metros de altitud, rodeada por las montañas sagradas de Gran Canaria, declaradas Patrimonio de la Humanidad.
Cerca de esta localidad se puede visitar el Roque Nublo y el Roque Bentayga, dos monumentos naturales de gran singularidad, considerados como lugares de culto para los aborígenes.
- Aracena, historia y naturaleza en la serranía de Huelva
La población onubense de Aracena es capital de la comarca, a la que da nombre a la Sierra y al Parque Natural, así como uno de los destinos rurales más populares del sur del país. Recorriendo el casco histórico de la localidad, declarado Bien de Interés Cultural, es posible encontrar importantes monumentos como su antiguo castillo. Para quien prefiera la naturaleza, Aracena es también un destino perfecto. Allí se encuentra la impresionante Gruta de las Maravillas, uno de los conjuntos kársticos más importantes de España.
- Cudillero, la villa marinera asturiana por excelencia
Este pequeño municipio asturiano es un compendio de cultura, gastronomía, tradición, paisajes de playas únicas, verdes valles, ríos, cascadas Para conocer esta villa marinera declarada Conjunto Histórico Artístico, no hay nada mejor que recorrer sus calles, y maravillarse con sus casas de colores que parece que cuelgan de la montaña, su pintoresco puerto, y por supuesto, sus miradores. Desde estos lugares privilegiados se obtienen las mejores panorámicas de la costa occidental de Asturias.
- Albarracín, el pueblo enclavado en las montañas de Teruel
Albarracín, además de ser uno de los lugares con más encanto de Teruel, es uno de los destinos rurales más bonitos de España por aunar naturaleza e historia de una forma única. Con su espectacular casco histórico enclavado a 1182 metros de altitud en la sierra, esta localidad aragonesa permite viajar en el tiempo, al menos de forma figurada.
La catedral de San Salvador, la Casa Azul, las murallas, los diferentes miradores, o simplemente, pasear por sus calles, son algunos de los imprescindibles a la hora de visitar este bonito pueblo declarado Conjunto Histórico-Artístico desde 1961.
- Muxía, el otro final del Camino de Santiago
En la famosa Costa da Morte se ubica el pequeño pueblo marinero de Muxía, el punto más occidental de Galicia y de la España peninsular. Por tanto, es el lugar perfecto para disfrutar de la última puesta de sol de la Europa continental. Además, para muchos peregrinos, este es el verdadero final del Camino de Santiago. Desde el misticismo que rodea el Santuario de la Virgen de la Barca, hasta los serpenteantes caminos que invitan a caminar sin rumbo fijo, Muxía es la suma de naturaleza, cultura y tradición.
- Pedraza, la villa segoviana amurallada
Tras los restos de su muralla y con la Sierra de Guadarrama de fondo, se encuentra Pedraza, una de las villas medievales más bellas y mejor conservadas de Castilla y León.
Con sus casonas típicas, su iglesia románica y su plaza porticada, esta pequeña localidad de Segovia parece mantenerse inmutable, como si el paso del tiempo no le afectara lo más mínimo. Añadido a su casco histórico envidiable, en Pedraza es posible disfrutar de la peculiar Noche de las Velas. Al esconderse el sol, el alumbrado eléctrico se apaga para dar total protagonismo a las velas que cubren los balcones y las calles del pueblo.
- Guadalupe y su Real Monasterio, símbolo de Extremadura
El siguiente destino es un pueblo que surgió alrededor de una ermita. Efectivamente, se trata de Guadalupe, uno de los grandes centros de peregrinación al que acudían caminantes desde todas partes de la península.
En la ubicación de aquella pequeña iglesia, y tras siglos de construcciones, añadidos y modificaciones, encontramos hoy en día el Real Monasterio de Santa María de Guadalupe, uno de los mayores símbolos de Extremadura que fue declarado Patrimonio de la Humanidad. Pero, además de este recinto-fortaleza, Guadalupe posee un bonito casco histórico lleno de balcones con flores y unas calles con soportales que acogieron en su momento a los comerciantes de la localidad.
- Valverde de los Arroyos, arquitectura negra en Guadalajara
A tan solo 85 kilómetros de Guadalajara, se ubica uno de los pueblos más bellos de Castilla-La Mancha. Valverde de los Arroyos es conocido por la peculiaridad de sus construcciones de arquitectura negra. Y es que, además de la pizarra y la madera, se emplea como elemento constructivo la piedra gneis, una cuarcita que refleja los rayos del sol otorgando a las casas una luminosidad dorada espectacular.
A parte de sus construcciones, esta localidad se encuentra en uno de los valles más bellos de la provincia, formado por el Pico Ocejón, desde el que bajan numerosos arroyos que rodean el pueblo y le dan nombre.